Uno de los pilares en el
autodescubrimiento de nuestro ADN cósmico -esa geometría energética particular
que vinimos a expresar a partir de nuestra identidad humana- es la tarea de
recuperar la percepción de nuestra libertad de SER. Dicha tarea implica
necesariamente observar los pensamientos con los que hemos construido nuestra
estructura de supervivencia, cuestionarlos y elegir de nuevo, ya no con el
propósito de supervivencia sino con el propósito de empezar a contribuir con
creaciones originales.
Hoy te propongo observar, de la manera
más neutra posible, el triángulo que sostiene muchísimas capas de supervivencia
del género humano. Se trata de la dinámica víctima - agresor – salvador. La
víctima ocupa el rol del “pobrecito”, del que no puede, del que no tiene los
recursos necesarios para su vida, del que todos deben apiadarse, es el rol del
más débil, el que se cree incapaz de recuperar o desarrollar su propia
fortaleza. El rol de víctima debe necesariamente tener suspendido, olvidado o
censurado su aspecto fuerte, equilibrador y defensor de las fronteras de su
configuración particular. El rol del agresor, por otra parte, aprovecha la
autocensura de poder de la víctima para ejercer su propio poder sobre ella y su
territorio. El agresor, para poder agredir, tiene que tener autocensurada su
capacidad de empatizar con el sentir de la víctima. El triángulo se completa con
la figura del salvador, que empatiza con la víctima y le ofrece su propia
energía equilibradora y defensora de frontera para salvarla del agresor. El rol
del salvador no activa la energía de poder en la víctima, sino que ofrece la
propia para sentirse bien consigo mismo. En esta dinámica, ninguno de los roles
está equilibrado ni tiene todos sus aspectos energéticos funcionales activos.
Todos parten de una gran desvalorización y de una herida muy profunda, y a
partir de esa plataforma de distorsión inconsciente, actúan.
Esta dinámica se ve claramente en la
sociedad en grupos de defensa, protesta y denuncia. Al adentrarme en mi
crisálida para observar esta dinámica de cerca, me sorprendió descubrirla incluso
en los reclamos de justicia. ¿Qué reclamo cuando pido justicia? ¿Quiénes piden
justicia? ¡Las víctimas y los salvadores! Si la juego de víctima, reclamo que
todos los agresores paguen y sufran por lo menos un poquito de lo que me
hicieron sufrir a mí. Y en ese caso ¿de qué me sirve un agresor encerrado si mi
campo energético sigue desprovisto de mi fortaleza interna, es decir, de lo
único que realmente podría permitirme vivir segura? Si en cambio la juego de
salvadora, hago que la fuerza de mi voz y mi actuar suplan la fortaleza de la
víctima, reforzando su condición de víctima, ya que al defenderla y salvarla yo
me creo poderosa y valiosa. La triste verdad de la salvadora es que sin
víctimas ni agresores, no tiene razón de ser, ya que nunca se le ocurrió usar
su fortaleza y su voz para la creación de algo original, porque en el fondo no
se siente capaz de hacerlo.
Cuando
me atreví a mirar este juego de frente, me pregunté: “¿Qué es capaz de crear
una persona totalmente libre de esta dinámica? ¿Qué es capaz de crear una sociedad totalmente libre de esta
dinámica?
Y sin dudarlo, decidí averiguarlo,
empezando por mí. Mi intención es recuperar la funcionalidad completa de mi ser
en armonía dinámica, dejando en libertad todos mis aspectos energéticos constitutivos.
Para llevar a cabo esta tarea de autoliberación, tengo que estar dispuesta a
observar con curiosidad, neutralidad y compasión toda mi estructura de
pensamientos, sentires y acciones. Al observarme, detecto y descubro dónde
tengo activa la dinámica de víctima-agresor-salvador, y es entonces que con
amor incondicional puedo llegar a percibir la inocencia de los tres roles,
cualquiera sea el más preponderante, y proceder a desactivar la dinámica
completa.
Se trata de un modelo en desarrollo. Es
una propuesta artesanal y comprometida de reorganización interna a partir de la
toma de conciencia. Y hoy te invito a preguntarte, ¿te atrevés a mirar esta
dinámica de frente? ¿Cómo ves este juego vos? ¿Lo estás jugando por elección
libre?
Generar procesos para desmantelar la
estructura de supervivencia y empezar el armado del vehículo más adecuado para
mi expresión original es mi primera vocación; y ahora también disfruto
compartir mis desarrollos con quienes resuenen con ellos.
Si te entusiasma profundizar la aventura
de descubrir quién eras antes de que te dijeran quién ser, te espero en mi
página de Facebook, @CrisalidaAlquimia. Hasta la próxima.
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