miércoles, 25 de octubre de 2017

Ejemplo de ejercicio de expansión de conciencia


En el camino de evolución conciente, nos vamos valiendo de diversas técnicas, herramientas y ejercicios para cambiar la lógica de los circuitos vencidos del inconsciente. Esto, que puede sonar bastante complejo y engorroso -o simplemente críptico para algunos- se logra con ejercicios sencillos como el que presento a continuación, ejercicio que me propuso una amiga para echar luz sobre algo muy profundo que me costaba ver.

El ejercicio consta de dos partes. La consigna para la primera parte es: "Escribí una historia, la que quieras, la que te salga". A continuación les muestro lo que escribí

Mi amiga Sandra me propone escribir una historia a modo de un ejercicio, del que desconozco la segunda parte. Veamos qué sale.

En este momento hay una niña en mi interior. Esa niña ha vivido siempre impulsada por hacer las cosas bien, no solo bien, sino lo mejor posible. Para ella lo mejor posible consiste en una combinación de satisfacer los requerimientos de todas las personas involucradas en un asunto, incluidos los propios, siguiendo rigurosos estándares de perfección internos. Ella ha identificado a sus nociones de estándares elevados como provenientes de su alma, del código vibratorio que la hace única, que la hace ser quién es. Pero últimamente, tras años de ir abandonando falsas identidades, se ha topado con el momento de cuestionar la fuente tan rigurosa que ha dirigido su vida desde que tiene memoria. Si esa niña está en esta Tierra para explorar, para experimentar y aprender a recordar y reconocer quién es partiendo de quién no es, entonces ¿qué sentido tienen los altos estándares de perfección? Entonces el cuerpo acompaña expresando dolores que la obligan a observar todo esto de cerca. Empieza con las preguntas más conocidas: “¿Esta voz interna es la nunca satisfecha voz de mamá? ¿O acaso es la voz de papá que no puede entender cómo su hija, con todas las oportunidades posibles, no le encuentra la vuelta a la vida?” Sin embargo, esas son preguntas que ya se ha hecho cientos de veces, y probablemente la respuesta completa incluya que se trata de las voces de mamá y papá, ADEMÁS de otra voz más… Le pido a esa voz que pase al centro, que tome la palabra, que se identifique, que cuente su función, que estoy aquí para conocerla de frente… Sin embargo, no se presenta simple y llana como a mí me gustaría, más bien se presenta haciendo lo que siempre ha hecho, solo que ahora tengo la disponibilidad de verla y oírla disociada de mí misma. Es así que cuando Sandra me invita a escribir una historia, la voz dice: “Pero justo hace dos días empezaste a probar dejar las historias de lado, invitar a la mente a relajarse con lo es, sin inventar ninguna historia que lo justifique o que intente evitar que te conectes con lo que sentís”. Y entonces yo digo: “Claro, claro, esto es para probarme a mí misma (¿) que puedo comprometerme con una decisión interna”. Sin embargo, minutos más tarde, la voz dictadora -¿la misma de antes u otra?- replica: “Pero esto es algo que te presenta la vida, la vida te está invitando a hacer este ejercicio a través de Sandra, y vos estás usando tu decisión de ayer para no hacerlo. Eso no es soltar el control.”

Y es entonces que me cuestiono si es una voz dictadora o si son al menos dos, cada una en competencia por ver a quién obedezco, seguras ambas de que sin importar a quién obedezca, me quedo en un circuito cerrado del que no puedo escapar, siempre respondiendo a órdenes y estándares que no reconozco como propios. Y ahí estoy ahora, observando esta situación y atenta a ver qué tiene para revelarme, a sabiendas de que, en esta oportunidad, una de las voces ganó, a sabiendas de que hiciera lo que hiciera, en esta oportunidad no soy plenamente libre de elegir, a sabiendas de que sigo tan presa de mi propia matrix como cuando empecé el camino de retorno a quién soy…

Al día siguiente, le pregunto cómo sigue el ejercicio, a lo que me responde: "Ahora lee desde un personaje de la historia (como si fueses ese personaje y otro escribió), el más insignificante si puede ser. Escribí todo lo que ese personaje siente al leer lo que escribiste". Al ver lo que escribí, el personaje menos relevante sería "mi amiga Sandra", así que empiezo a leer como si fuera ella, y escribo en comentarios al margen lo que me surge que ella sentiría o diría. En este caso, pasé los comentarios a llamadas al pie para mayor claridad. Acá le muestro lo que salió. 

Mi amiga Sandra me propone escribir una historia a modo de ejercicio. Veamos qué sale.

En este momento hay una niña en mi interior. Esa niña ha vivido siempre impulsada por hacer las cosas bien, no solo bien, sino lo mejor posible. Para ella lo mejor posible consiste en una combinación de satisfacer los requerimientos de todas las personas involucradas en un asunto, incluidos los propios, siguiendo rigurosos[i] estándares de perfección internos. Ella ha identificado a sus nociones de estándares elevados como provenientes de su alma, del código vibratorio que la hace única, que la hace ser quién es. Pero últimamente, tras años de ir abandonando falsas identidades, se ha topado con el momento de cuestionar la fuente tan rigurosa[ii] que ha dirigido su vida desde que tiene memoria. Si esa niña está en esta Tierra para explorar, para experimentar y aprender a recordar y reconocer quién es partiendo de quién no es, entonces ¿qué sentido tienen los altos estándares de perfección? Entonces el cuerpo acompaña expresando dolores que la obliguen a observar todo esto de cerca. Empieza con las preguntas más conocidas: “¿Esta voz interna es la nunca satisfecha voz de mamá? ¿O acaso es la voz de papá que no puede entender cómo su hija, con todas las oportunidades posibles, no le encuentra la vuelta [iii]a la vida?” Sin embargo, esas son preguntas que ya se ha hecho cientos de veces, y probablemente la respuesta completa incluya que se trata de las voces de mamá y papá, ADEMÁS de otra voz más… Le pido a esa voz que pase al centro, que tome la palabra, que se identifique, que cuente su función, que estoy aquí para conocerla de frente… Sin embargo, no se presenta simple y llana como a mí me gustaría[iv], más bien se presenta haciendo lo que siempre ha hecho, solo que ahora tengo la disponibilidad de verla y oírla disociada de mí misma. Es así que cuando Sandra me invita a escribir una historia, la voz dice: “Pero justo hace dos días empezaste a probar dejar las historias de lado, invitar a la mente a relajarse con lo es, sin inventar ninguna historia que lo justifique o que intente evitar que te conectes con lo que sentís[v]”. Y entonces yo digo: “Claro, claro, esto es para probarme a mí misma (¿) que puedo comprometerme con una decisión interna”. Sin embargo, minutos más tarde, la voz dictadora -¿la misma de antes u otra?- replica: “Pero esto es algo que te presenta la vida, la vida te está invitando a hacer este ejercicio a través de Sandra, y vos estás usando tu decisión de ayer para no hacerlo. Eso no es soltar el control[vi].”

Y es entonces que me cuestiono si es una voz dictadora o si son al menos dos, cada una en competencia por ver a quién obedezco, seguras ambas de que sin importar a quién obedezca, me quedo en un circuito cerrado del que no puedo escapar, siempre respondiendo a órdenes y estándares que no reconozco como propios,[vii] . Y ahí estoy ahora, observando esta situación y atenta a ver qué tiene para revelarme, a sabiendas de que, en esta oportunidad, una de las voces ganó, a sabiendas de que hiciera lo que hiciera, en esta oportunidad no soy plenamente libre de elegir[viii], a sabiendas de que sigo tan presa de mi propia matrix como cuando empecé el camino de retorno a quién soy[ix]



[i] Me llama la atención esta palabra
[ii] de nuevo la palabra… RIGUROSO = 128 // rigurosa = 93
[iii] Diferencia ente “encontrarle la vuelta a la vida” y “emprender el RETORNO”
[iv] brecha entre fantasía y realidad-respuesta
[v] Vos estás muy identificada con lo que sentís…
[vi] A esta voz la siento manipuladora, una especie de seducción disfrazada de sensatez y lógica...
[vii] ¿Es este el momento de asumir esas voces como propias?
[viii] Si sabés que no sos libre es porque tenés una noción de libertad muy íntegra que está cobrando visibilidad
[ix] Lo que observo al leer es que cuando empezaste el camino te creías libre, y al avanzar, te has ido encontrando con los candados y las trampas internas. Quizá sí sigas presa de esa matrix, la diferencia es que antes no la veías como propia y ahora sí. Al verla de frente, podés empezar a buscar la verdadera salida, con la libertad de quien no le teme a sus propios carceleros, porque se reconoce como la que les otorgó esa función en primer lugar. Quien le otorgó al carcelero la función es precisamente quien debe “liberar” al carcelero de esa función, reconociendo lo bien que lo ha hecho hasta el momento, celebrando sus logros más arduos, y en completa gratitud por el servicio prestado con tanta RIGUROSIDAD y ALTOS ESTÁNDARES DE PERFECCIÓN.


Y así es que cuando escribí la última cita, en especial la última oración, me quedé pasmada con la claridad que el ejercicio me permitió ver, a través de mis propios ojos, con mi propia consciencia, con mis propios circuitos y mis propios recursos. Es cierto que llevo más de seis años haciendo este tipo de ejercicios conmigo misma, pero de todas maneras, estoy convencida de que en su sencillez, cada uno tiene las llaves de liberación en su interior LITERALMENTE. Con este ejercicio mi intención es demostrar que muchas de las frases que se repiten como si fueran metáforas son ciertas en la realidad concreta y tangible. Acceder a nuestros códigos solo requiere que nos atrevamos a bucear en nuestro interior, a partir de ejercicios tan simples como este. 

Algunos prefieren hacer este tipo de procesos en forma totalmente privada y aislada. Otros, prefieren una persona que los guíe y facilite este tipo de procesos en algún momento del camino; y ese es un trabajo que disfruto muchísimo hacer con aquellos que me eligen para tan comprometida tarea,

¡Hasta la próxima!

Vitki Carolina