En el camino de evolución conciente, nos vamos valiendo de diversas técnicas, herramientas y ejercicios para cambiar la lógica de los circuitos vencidos del inconsciente. Esto, que puede sonar bastante complejo y engorroso -o simplemente críptico para algunos- se logra con ejercicios sencillos como el que presento a continuación, ejercicio que me propuso una amiga para echar luz sobre algo muy profundo que me costaba ver.
El ejercicio consta de dos partes. La consigna para la primera parte es: "Escribí una historia, la que quieras, la que te salga". A continuación les muestro lo que escribí.
Mi amiga
Sandra me propone escribir una historia a modo de un ejercicio, del que
desconozco la segunda parte. Veamos qué sale.
En este momento hay una niña en mi
interior. Esa niña ha vivido siempre impulsada por hacer las cosas bien, no
solo bien, sino lo mejor posible. Para ella lo mejor posible consiste en una
combinación de satisfacer los requerimientos de todas las personas involucradas
en un asunto, incluidos los propios, siguiendo rigurosos estándares de
perfección internos. Ella ha identificado a sus nociones de estándares elevados
como provenientes de su alma, del código vibratorio que la hace única, que la
hace ser quién es. Pero últimamente, tras años de ir abandonando falsas
identidades, se ha topado con el momento de cuestionar la fuente tan rigurosa
que ha dirigido su vida desde que tiene memoria. Si esa niña está en esta
Tierra para explorar, para experimentar y aprender a recordar y reconocer quién
es partiendo de quién no es, entonces ¿qué sentido tienen los altos estándares
de perfección? Entonces el cuerpo acompaña expresando dolores que la obligan a
observar todo esto de cerca. Empieza con las preguntas más conocidas: “¿Esta
voz interna es la nunca satisfecha voz de mamá? ¿O acaso es la voz de papá que
no puede entender cómo su hija, con todas las oportunidades posibles, no le
encuentra la vuelta a la vida?” Sin embargo, esas son preguntas que ya se ha
hecho cientos de veces, y probablemente la respuesta completa incluya que se
trata de las voces de mamá y papá, ADEMÁS de otra voz más… Le pido a esa voz
que pase al centro, que tome la palabra, que se identifique, que cuente su
función, que estoy aquí para conocerla de frente… Sin embargo, no se presenta
simple y llana como a mí me gustaría, más bien se presenta haciendo lo que
siempre ha hecho, solo que ahora tengo la disponibilidad de verla y oírla
disociada de mí misma. Es así que cuando Sandra me invita a escribir una
historia, la voz dice: “Pero justo hace dos días empezaste a probar dejar las
historias de lado, invitar a la mente a relajarse con lo es, sin inventar
ninguna historia que lo justifique o que intente evitar que te conectes con lo
que sentís”. Y entonces yo digo: “Claro, claro, esto es para probarme a mí
misma (¿) que puedo comprometerme con una decisión interna”. Sin embargo,
minutos más tarde, la voz dictadora -¿la misma de antes u otra?- replica: “Pero
esto es algo que te presenta la vida, la vida te está invitando a hacer este
ejercicio a través de Sandra, y vos estás usando tu decisión de ayer para no
hacerlo. Eso no es soltar el control.”
Al día siguiente, le pregunto cómo sigue el ejercicio, a lo que me responde: "Ahora lee desde un personaje de la historia (como si fueses ese personaje y otro escribió), el más insignificante si puede ser. Escribí todo lo que ese personaje siente al leer lo que escribiste". Al ver lo que escribí, el personaje menos relevante sería "mi amiga Sandra", así que empiezo a leer como si fuera ella, y escribo en comentarios al margen lo que me surge que ella sentiría o diría. En este caso, pasé los comentarios a llamadas al pie para mayor claridad. Acá le muestro lo que salió.
Mi amiga
Sandra me propone escribir una historia a modo de ejercicio. Veamos qué sale.
En este momento hay una niña en mi
interior. Esa niña ha vivido siempre impulsada por hacer las cosas bien, no
solo bien, sino lo mejor posible. Para ella lo mejor posible consiste en una
combinación de satisfacer los requerimientos de todas las personas involucradas
en un asunto, incluidos los propios, siguiendo rigurosos[i]
estándares de perfección internos. Ella ha identificado a sus nociones de
estándares elevados como provenientes de su alma, del código vibratorio que la
hace única, que la hace ser quién es. Pero últimamente, tras años de ir
abandonando falsas identidades, se ha topado con el momento de cuestionar la
fuente tan rigurosa[ii]
que ha dirigido su vida desde que tiene memoria. Si esa niña está en esta
Tierra para explorar, para experimentar y aprender a recordar y reconocer quién
es partiendo de quién no es, entonces ¿qué sentido tienen los altos estándares
de perfección? Entonces el cuerpo acompaña expresando dolores que la obliguen a
observar todo esto de cerca. Empieza con las preguntas más conocidas: “¿Esta
voz interna es la nunca satisfecha voz de mamá? ¿O acaso es la voz de papá que
no puede entender cómo su hija, con todas las oportunidades posibles, no le encuentra la vuelta [iii]a
la vida?” Sin embargo, esas son preguntas que ya se ha hecho cientos de veces,
y probablemente la respuesta completa incluya que se trata de las voces de mamá
y papá, ADEMÁS de otra voz más… Le pido a esa voz que pase al centro, que tome
la palabra, que se identifique, que cuente su función, que estoy aquí para
conocerla de frente… Sin embargo, no se presenta simple y llana como a mí me gustaría[iv],
más bien se presenta haciendo lo que siempre ha hecho, solo que ahora tengo la
disponibilidad de verla y oírla disociada de mí misma. Es así que cuando Sandra
me invita a escribir una historia, la voz dice: “Pero justo hace dos días
empezaste a probar dejar las historias de lado, invitar a la mente a relajarse
con lo es, sin inventar ninguna historia que lo justifique o que intente evitar
que te conectes con lo que
sentís[v]”.
Y entonces yo digo: “Claro, claro, esto es para probarme a mí misma (¿) que
puedo comprometerme con una decisión interna”. Sin embargo, minutos más tarde,
la voz dictadora -¿la misma de antes u otra?- replica: “Pero esto es algo que te presenta la vida, la vida
te está invitando a hacer este ejercicio a través de Sandra, y vos estás usando
tu decisión de ayer para no hacerlo. Eso no es soltar el control[vi].”
Y es entonces
que me cuestiono si es una voz dictadora o si son al menos dos, cada una en
competencia por ver a quién obedezco, seguras ambas de que sin importar a quién
obedezca, me quedo en un circuito cerrado del que no puedo escapar, siempre
respondiendo a órdenes y estándares que no reconozco como propios,[vii]
. Y ahí estoy ahora, observando esta situación y atenta a ver qué tiene para
revelarme, a sabiendas de que, en esta oportunidad, una de las voces ganó, a
sabiendas de que hiciera lo que hiciera, en esta oportunidad no soy plenamente libre de elegir[viii],
a sabiendas de que sigo
tan presa de mi propia matrix como cuando empecé el camino de retorno a quién
soy[ix]…
[i] Me llama la atención esta palabra
[ii] de nuevo la palabra… RIGUROSO = 128 // rigurosa = 93
[iii] Diferencia ente “encontrarle la vuelta a la vida” y
“emprender el RETORNO”
[iv] brecha entre fantasía y realidad-respuesta
[v] Vos estás muy identificada con lo que sentís…
[vi] A esta voz la siento manipuladora, una especie de seducción
disfrazada de sensatez y lógica...
[vii] ¿Es este el momento de asumir esas voces como
propias?
[viii] Si sabés que no sos libre es porque tenés una noción
de libertad muy íntegra que está cobrando visibilidad
[ix] Lo que observo al leer es que cuando empezaste el
camino te creías libre, y al avanzar, te has ido encontrando con los candados y
las trampas internas. Quizá sí sigas presa de esa matrix, la diferencia es que
antes no la veías como propia y ahora sí. Al verla de frente, podés empezar a
buscar la verdadera salida, con la libertad de quien no le teme a sus propios
carceleros, porque se reconoce como la que les otorgó esa función en primer lugar. Quien
le otorgó al carcelero la función es precisamente quien debe “liberar” al carcelero de esa
función, reconociendo lo bien que lo ha hecho hasta el momento, celebrando sus
logros más arduos, y en completa gratitud por el servicio prestado con tanta
RIGUROSIDAD y ALTOS ESTÁNDARES DE PERFECCIÓN.
Algunos prefieren hacer este tipo de procesos en forma totalmente privada y aislada. Otros, prefieren una persona que los guíe y facilite este tipo de procesos en algún momento del camino; y ese es un trabajo que disfruto muchísimo hacer con aquellos que me eligen para tan comprometida tarea,
¡Hasta la próxima!
Vitki Carolina
Gracias por compartir tu Arte ¡¡
ResponderBorrarabrazo
me gusta mucho tu experiencia como camino de autoconocimiento o mejor dicho como camino de reconocimiento de tu si misma. Deberíamos aplicarlo con frecuencia, creo q liberaría muchas angustias q se presienten sin razones o incomprensibles
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