Podcast semanal #041 de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, incluido en el programa radial "Ágape, queremos vivir en concordia" conducido por María
Silvina González.
Si te entusiasma la aventura de descubrir quién eras, antes de que te dijeran quién ser, te espero en mi página de Facebook, @CrisalidaAlquimia.
¡Hasta la próxima!
miércoles, 31 de julio de 2019
miércoles, 24 de julio de 2019
Libertad de no saber
Podcast semanal #40 de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, incluido en el
programa radial "Ágape, queremos vivir en concordia" conducido por María
Silvina González.
programa radial "Ágape, queremos vivir en concordia" conducido por María
Silvina González.
Si te entusiasma la aventura de descubrir quién eras antes de que te dijeran quién ser, te espero en mi página de Facebook,@CrisalidaAlquimia.
¡Hasta la próxima!
miércoles, 17 de julio de 2019
Libertad de intención
Podcast semanal #39 de Crisálida, escuela de
Alquimia Espiritual, incluido en el programa radial "Ágape, queremosvivir en concordia" conducido por María Silvina González.
El audio, seguido por su transcripción, para
escuchar o leer, como más te guste.
Bienvenidos al espacio de Crisálida, escuela de Alquimia
Espiritual, fundada por quien les habla, Carolina Iglesias.
Hoy te propongo explorar la libertad de intención, una libertad absoluta y plena disponible en
todo momento.
Todos conocemos el dicho “la intención es lo que vale”, y en
lo personal, digo “la intención es lo que me muestra”. Considero que la
intención es lo que verdaderamente nos
define. Al mismo tiempo, la intención también nos revela nuestras heridas, nuestros aspectos inmaduros y nuestras oportunidades
de evolucionar.
Veamos un ejemplo sencillo que muestra cómo la intención hace
la diferencia. El hecho manifiesto es pintar una pared.
Si la pared la pinta un niño de dos años, su intención es
creativa e inocente y nos revela sus ganas de comunicar y expresarse
artísticamente donde le quede más cómodo.
Si la pared la pinta alguien que hace grafitis en paredes de
casas ajenas, sin el consentimiento de sus dueños, esa acción revela una herida
o una inmadurez del artista. La herida se ve en la rebeldía de imponer su
voluntad en un territorio que no le pertenece, y la inmadurez se ve en la
incapacidad de buscar un lugar de expresión libre que no invada espacios que no
le corresponden. Como me han herido o invadido, muestro mi herida invadiendo a
otros.
Si en cambio la pared pintada es un mural público que fue
realizado con el consentimiento de quienes corresponde, la intención del
artista revela su creatividad inocente expresada en forma madura y respetuosa.
Entonces, la propuesta es ser muy transparentes y sinceros
con nosotros mismos con respecto a nuestras intenciones al hacer algo. El
propósito es reconocer nuestros mayores tesoros y ocuparnos de las heridas y
los aspectos inmaduros que están tapando tesoros que aún no hemos descubierto.
Te sugiero empezar con actividades cotidianas como podría ser
el tendido de las camas. Te invito a repasar tu intención al tender –o no
tender tu cama—a partir de las siguientes preguntas.
¿Cuál es mi intención
al tender mi cama? ¿Por qué tiendo mi cama con la frecuencia que lo hago? ¿Lo
hago obedeciendo a un pensamiento? ¿Me niego a tender mi cama en una actitud de
rebeldía? ¿A quién obedezco o contra quién me rebelo cuando hago o dejo de
tender mi cama? ¿Cuáles son mis pensamientos o sensaciones al tender mi cama o
al observar mi cama destendida? Si además de mi cama tiendo las camas de otras personas
puedo preguntarme: ¿Tiendo mi cama y las
de mis hijos con la misma intención? Te invito a acompañarte en cualquier
incomodidad, reacción, emoción o pensamientos que surjan.
Y una vez que te hayas “vaciado” de todo lo que encontraste,
te invito a preguntarte: ¿Qué otra
posibilidad hay? ¿Qué intención libre y genuina me gustaría crear para el
tendido de mi cama? ¿Qué intención podría generar para una actividad que
involucra el espacio que me sostiene y cobija mientras descanso? ¿Con qué
intención tendería mi cama para el bebé o la niña que fui? ¿Qué tal tender mi
cama con la intención de cuidado, amor y cariño por mí misma, para que cuando
vaya a acostarme y descansar, reciba mi mayor capacidad de amor, cuidado y reverencia
por esa que soy que da lo mejor de sí a lo largo de todo el día?
Y así podés ir explorando tus intenciones en actividades
cotidianas, recordando que todos tenemos heridas y aspectos inmaduros, que no
se trata de juzgar ni de tratar con dureza a esos aspectos, sino de recibir su
mensaje, de ser el espacio y el cobijo para nuestras partes más vulnerables. Cuando tratamos con sumo respeto y ternura
a lo que nos duele o enoja, esos mismos aspectos nos revelan los tesoros que
esconden.
Si te entusiasma la aventura de descubrir quién eras antes de
que te dijeran quién ser, te espero en mi página de Facebook,@CrisalidaAlquimia.
¡Hasta la próxima!
jueves, 11 de julio de 2019
Libertad de desear
Podcast semanal #38 de Crisálida, escuela de
Alquimia Espiritual, incluido en el programa radial "Ágape, queremosvivir en concordia" conducido por María Silvina González.
El audio, seguido por su
transcripción, para escuchar o leer, como más te guste.Enlace directo al AUDIO
Bienvenidos al espacio de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, fundada por quien les habla, Carolina Iglesias.
Hoy te propongo considerar la libertad de desear. La libertad
de desear es una de nuestras libertades intrínsecas y absolutas que en muchos
casos está limitada y condicionada por estructuras distorsionadas del entorno
material en el que vivimos.
La distorsión principal reside en la asociación –al parecer
necesaria y natural—de un deseo a la concreción o materialización del mismo. Y
luego, si mi deseo se concreta y materializa me siento contenta y realizada, y
si mi deseo no se concreta o si su materialización demora más de lo que yo esperaba,
me siento frustrada y hasta incluso fracasada.
La primera propuesta para ver en cuánto tengo autolimitada mi
libertad de deseo es observar mis pensamientos y mis sentires cuando surge en
mí un deseo. Ante un deseo cualquiera, ¿se activan en mí una avalancha de
pensamientos urgentes tendientes a mostrarme cómo satisfacer ese deseo, o mi
mente permanece en calma, curiosa por explorar la naturaleza de ese deseo? ¿Le
permito a mi deseo mostrarse y expandirse, o busco aniquilarlo cumpliéndolo lo
antes posible? Y en caso de que mi deseo se presente como muy lejano o
improbable, ¿permito que ese deseo viva en mí o lo censuro o lo juzgo al mejor
estilo de la fábula “La zorra y las uvas”?
Otra de avenida de observación es considerar cuáles son mis
deseos más frecuentes, enunciarlos y estar atenta a ver qué pensamientos y
sensaciones se activan con cada uno. Por ejemplo, ante el deseo de viajar a ver
un ser querido, ¿se activan sensaciones de alegría, entusiasmo y celebración, o
por el contrario, se activan sensaciones de añoranza, impotencia, carencia o
tristeza?
En mi mundo interior, ¿les permito a mis deseos la libertad
de ser lo que son, sin evaluarlos en función de mi capacidad o incapacidad
actual de concretarlos?
¿Qué tal si un deseo fuera un regalo en sí mismo? ¿Qué tal si
el poder albergar un deseo es una muestra de nuestra capacidad creativa? ¿Qué
tal si la energía que generamos cuando sentimos un deseo es energía disponible
para concretar o contribuir a lo que estamos haciendo en el momento presente? ¿Qué tal si el objeto de deseo que se
presenta como futuro o ausente en el presente fuera solo la interpretación o la
traducción mental de una energía disponible para este momento?
¿Qué tal si un deseo fuera la primera manifestación de una
energía en estado embrionario? ¿Qué tal si desde mi identidad tuviera la
libertad de “empollarlo”, darle lo que necesita para desarrollarse, evolucionar
y manifestarse de una forma desconocida por mí al momento de su gestación? ¿En
cuánto me permito ser esa energía maternal para mis deseos?
Te propongo para esta semana el ejercicio de ser curiosa con
tus deseos, de dejarlos ser lo que son, desasociándolos de su concreción. ¿Cómo
es la energía de tus deseos? ¿Se ubica en un lugar determinado de tu cuerpo o
lo recorre en su totalidad? ¿O se trata de una energía que trasciende tus
límites físicos? ¿Te atrevés a cerrar los ojos unos minutos para conectarte con
la energía de tus deseos, entrar en diálogo sutil con ella, permitir que se
manifieste como una imagen, un color, un sonido o un aroma? ¿Cómo cambia tu día
cuando la energía de tus deseos está libre y relajada? ¿Cómo cambia tu día
cuando te sentís protectora, guardiana y embarazada
de tus deseos? Y si sos varón, ¿te animás a explorar tu energía maternal a
partir del vínculo con tus deseos?
Si te entusiasma la aventura de descubrir quién eras antes de
que te dijeran quién ser, te espero en mi página de Facebook,@CrisalidaAlquimia.
¡Hasta
la próxima!
miércoles, 3 de julio de 2019
Libertad de respetar las distintas velocidades internas
Podcast semanal #37 de Crisálida, escuela de
Alquimia Espiritual, incluido en el programa radial "Ágape, queremosvivir en concordia" conducido por María Silvina González. El audio, seguido por su transcripción, para
escuchar o leer, como más te guste.
Bienvenidos al espacio de Crisálida, escuela de Alquimia
Espiritual, fundada por quien les habla, Carolina Iglesias.
La propuesta de hoy tiene que ver con el vínculo entre
nuestra mente cognitiva y el cuerpo físico respecto a sus diferentes
velocidades.
La velocidad de la mente es sumamente rápida. Tengo una idea
y la visualizo o la percibo inmediatamente. En contrapartida, la velocidad del
cuerpo es mucho más lenta. En otras palabras, lo que la mente percibe en un
instante al cuerpo le lleva mucho más tiempo manifestarlo. Esto no es ni bueno
ni malo, simplemente es así; la materia es más densa y más lenta que la energía
abstracta de los pensamientos.
Tomemos una habilidad física a modo de ejemplo. En mi mente,
es muy fácil visualizarme tocando la guitarra con destreza y cantando entonada
y afinada. Sin embargo, si quiero que mi cuerpo manifieste esas destrezas en
forma concreta, va a necesitar tiempo, entrenamiento y práctica para acercarse
a la imagen que tengo en la mente.
Si bien esto así expresado es muy fácil de ver, he observado
en mi propia crisálida que muchísimas veces la mente olvida este detalle y le
exige al cuerpo velocidades que no posee. A la mente le resulta muy aburrido
acompañar los tiempos del cuerpo, por eso suele andar repasando ideas pasadas o
imaginando ideas futuras mientras el cuerpo avanza lentamente.
Como ya expresé en varias emisiones, te invito a que todos tus
aspectos internos se apoyen unos a otros
y que entre ellos se vinculen a partir de la curiosidad y el diálogo. Así, podemos
decirle a la mente: “El cuerpo tiene otra
velocidad y sé que de la manera que estás configurada te aburre esperar. Ahora
bien, yo conozco tu maravillosa capacidad de crear. ¿Te parece buena idea crear
vínculos con el cuerpo físico a fin de entenderse mejor y colaborar? ¿Qué tal
desarrollar un lenguaje de comunicación entre la mente y el cuerpo físico?
¿Cómo abordarías, mente, el recabado de información y el desarrollo de un
idioma fluido con el cuerpo? Por otra parte, lo que puedo asegurarte es que si
aceptás la propuesta de buscar una forma de acompañar los procesos y los
tiempos del cuerpo, vos, como mente, vas a evolucionar cuantitativamente. ¿Te
gustaría acceder a nuevas versiones de vos misma, a nuevas capacidades? ¿Y si
el cuerpo, con su ritmo natural más lento estuviera colaborando con tu
evolución? ¿Y si aprender a vincularse contribuyera a una evolución exponencial
de ambos? ¿Por dónde empezarías?”.
Y luego invito a la mente a que entable un diálogo con el
cuerpo, que podría ser algo parecido a lo siguiente: “Querido cuerpo, sé que siempre te estoy apurando y exigiendo que aceleres
tus ritmos, y que a menudo me enojo o me frustro porque no lo hacés a la
velocidad que yo espero. La verdad es que no me había dado cuenta de tu
naturaleza tiene un ritmo muy distinto al mío. Hoy que empiezo a tomar
conciencia de eso, me encantaría acompañar tus ritmos, que me vayas contando
sobre tus procesos orgánicos, y así poder colaborar con vos, aunque más no sea
a partir del respeto de tu ritmo”.
Hoy te propongo jugar con estos diálogos o crear unos propios.
¿Por dónde te gustaría empezar a observar las diferentes velocidades entre un
pensamiento y su concreción material?
El determinar que nuestros aspectos internos se respeten
entre sí respetando por ejemplo los ritmos diversos de cada aspecto es parte de
la libertad de ser.
Si te entusiasma la aventura de descubrir quién eras antes de
que te dijeran quién ser, te espero en mi página de Facebook, @CrisalidaAlquimia.
¡Hasta la próxima!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)