Podcast semanal #37 de Crisálida, escuela de
Alquimia Espiritual, incluido en el programa radial "Ágape, queremosvivir en concordia" conducido por María Silvina González. El audio, seguido por su transcripción, para
escuchar o leer, como más te guste.
Bienvenidos al espacio de Crisálida, escuela de Alquimia
Espiritual, fundada por quien les habla, Carolina Iglesias.
La propuesta de hoy tiene que ver con el vínculo entre
nuestra mente cognitiva y el cuerpo físico respecto a sus diferentes
velocidades.
La velocidad de la mente es sumamente rápida. Tengo una idea
y la visualizo o la percibo inmediatamente. En contrapartida, la velocidad del
cuerpo es mucho más lenta. En otras palabras, lo que la mente percibe en un
instante al cuerpo le lleva mucho más tiempo manifestarlo. Esto no es ni bueno
ni malo, simplemente es así; la materia es más densa y más lenta que la energía
abstracta de los pensamientos.
Tomemos una habilidad física a modo de ejemplo. En mi mente,
es muy fácil visualizarme tocando la guitarra con destreza y cantando entonada
y afinada. Sin embargo, si quiero que mi cuerpo manifieste esas destrezas en
forma concreta, va a necesitar tiempo, entrenamiento y práctica para acercarse
a la imagen que tengo en la mente.
Si bien esto así expresado es muy fácil de ver, he observado
en mi propia crisálida que muchísimas veces la mente olvida este detalle y le
exige al cuerpo velocidades que no posee. A la mente le resulta muy aburrido
acompañar los tiempos del cuerpo, por eso suele andar repasando ideas pasadas o
imaginando ideas futuras mientras el cuerpo avanza lentamente.
Como ya expresé en varias emisiones, te invito a que todos tus
aspectos internos se apoyen unos a otros
y que entre ellos se vinculen a partir de la curiosidad y el diálogo. Así, podemos
decirle a la mente: “El cuerpo tiene otra
velocidad y sé que de la manera que estás configurada te aburre esperar. Ahora
bien, yo conozco tu maravillosa capacidad de crear. ¿Te parece buena idea crear
vínculos con el cuerpo físico a fin de entenderse mejor y colaborar? ¿Qué tal
desarrollar un lenguaje de comunicación entre la mente y el cuerpo físico?
¿Cómo abordarías, mente, el recabado de información y el desarrollo de un
idioma fluido con el cuerpo? Por otra parte, lo que puedo asegurarte es que si
aceptás la propuesta de buscar una forma de acompañar los procesos y los
tiempos del cuerpo, vos, como mente, vas a evolucionar cuantitativamente. ¿Te
gustaría acceder a nuevas versiones de vos misma, a nuevas capacidades? ¿Y si
el cuerpo, con su ritmo natural más lento estuviera colaborando con tu
evolución? ¿Y si aprender a vincularse contribuyera a una evolución exponencial
de ambos? ¿Por dónde empezarías?”.
Y luego invito a la mente a que entable un diálogo con el
cuerpo, que podría ser algo parecido a lo siguiente: “Querido cuerpo, sé que siempre te estoy apurando y exigiendo que aceleres
tus ritmos, y que a menudo me enojo o me frustro porque no lo hacés a la
velocidad que yo espero. La verdad es que no me había dado cuenta de tu
naturaleza tiene un ritmo muy distinto al mío. Hoy que empiezo a tomar
conciencia de eso, me encantaría acompañar tus ritmos, que me vayas contando
sobre tus procesos orgánicos, y así poder colaborar con vos, aunque más no sea
a partir del respeto de tu ritmo”.
Hoy te propongo jugar con estos diálogos o crear unos propios.
¿Por dónde te gustaría empezar a observar las diferentes velocidades entre un
pensamiento y su concreción material?
El determinar que nuestros aspectos internos se respeten
entre sí respetando por ejemplo los ritmos diversos de cada aspecto es parte de
la libertad de ser.
Si te entusiasma la aventura de descubrir quién eras antes de
que te dijeran quién ser, te espero en mi página de Facebook, @CrisalidaAlquimia.
¡Hasta la próxima!
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