Bienvenidos al espacio de Crisálida, escuela de Alquimia
Espiritual, fundada por quien les habla, Carolina Iglesias.
Esta semana te invito a explorar
la libertad de ser en las rutinas personales de la vida cotidiana. Nuestra
rutina personal suele tener muchos horarios y normas que no dependen de nuestra
elección libre. Sin embargo, existen un sinnúmero de opciones en torno a dichas
normas en las que sí somos plenamente libres.
Te propongo hacer un rápido recorrido
por algunas rutinas cotidianas bastante generales para ilustrar a qué me refiero. Si bien la hora de
ingreso a tu trabajo o la hora en que los chicos entran al colegio no es algo
que elegimos en forma particular, sí tenemos varias opciones en torno a esta
situación. Para empezar, podemos elegir cuánto tiempo antes de salir nos vamos
a despertar y con qué celeridad vamos a experimentar el rato entre que nos
despertamos y el momento de salir de casa. ¿Qué priorizo, dormir un rato más o
hacer de ese rato un momento relajado? Con respecto a cómo despertarnos, la
tecnología nos brinda la oportunidad de elegir no solo el sonido o música que
nos despertará, sino también el volumen. ¿Con qué frecuencia te permitís
cambiar algo tan básico como el sonido con el que despertás? Tenemos libertad
de elegir no solo con qué desayunar, sino en qué momento desayunar, con qué
desayunar y en qué ambiente de la casa desayunar.
Somos libres de elegir realizar
alguna actividad física, optar por la variante que más nos entusiasme, y
cambiarla cuantas veces queramos. Tenemos también la libertad de elegir por
ejemplo los elementos para nuestro aseo personal como las fragancias del jabón
y la presentación del desodorante. Todos somos libres de elegir cómo llevar el
pelo y qué tipo de ropa usar. Elegimos los colores, las texturas y los
accesorios. Somos libres de elegir cómo informarnos, desde el formato de las
noticias hasta la tendencia ideológica que más nos guste. En nuestra casa,
somos libres de elegir cómo organizarla, decorarla, y con qué frecuencia limpiarla.
A la hora de hacer las compras, somos
libres de elegir priorizar precio, calidad, cantidad, marca, cercanía y
simpatía del proveedor para cada producto que compramos.
En lo que respecta a la vida
social, somos plenamente libres de elegir a nuestros amigos y las actividades
que nos gusta compartir con ellos. Tenemos libertad de elegir cómo
entretenernos, qué leer, qué películas mirar y qué actividades desarrollar. El
momento de acostarnos también está rodeado de elecciones libres.
Cuando empezamos a prestar
atención a la multiplicidad de elecciones libres que tenemos a lo largo del
día, vamos descubriendo más y más espacios en los que ejercer nuestra libertad
de ser. Sin embargo, esta exploración también genera una toma de conciencia
acerca dónde tenemos limitaciones internas a elecciones que son libres, por
ejemplo dónde nos resistimos a probar cosas nuevas, hábitos que hacemos en
forma automática que no sabemos cómo los instalamos, mandatos familiares y
sociales, incluso mandatos publicitarios y propios del desesperado aliento al
consumo constante.
Este ejercicio que te propongo
puede a la vez entusiarmarte y frustrarte. La buena noticia es que si te
atrevés a observarte en forma sincera y sin ánimo de crítica, tendrás la oportunidad de ser agente de tu
autoliberación, transformándote en una persona más confiada, segura de sí misma
y muy creativa.
Si te entusiasma la aventura de
descubrir quién eras antes de que te dijeran quién ser, te espero en mi página
de Facebook, @CrisalidaAlquimia.
¡Hasta la próxima!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario