Podcast semanal #031 de Crisálida, escuela de
Alquimia Espiritual, incluido en el programa radial "Ágape, queremosvivir en concordia" conducido por María Silvina González. El audio, seguido por su transcripción, para escuchar o leer, como más te guste.
Bienvenidos al espacio de Crisálida, escuela de Alquimia
Espiritual, fundada por quien les habla, Carolina Iglesias.
Siguiendo con la exploración de
la libertad de ser, hoy vamos a combinar la libertad de sentir con la libertad
de interpretación de lo que nos sucede.
Para eso te invito a recordar
momentos en los que estás por hacer algo que es importante para vos, como por
ejemplo antes de dar un examen, ir a una entrevista de trabajo, hacer una
presentación frente a un nuevo cliente, o un momento como podría ser la
presentación de tu libro o una charla en la que te vas a exponer públicamente.
También puede ser, para los deportistas, los momentos previos a un gran partido;
o para los actores, antes de un estreno. Lo que te voy a contar también es
válido para antes de que nos realicen un procedimiento médico o de ir al
dentista; o antes de llegar a una reunión que se presenta como conflictiva.
Antes de estas situaciones
solemos sentir algo bien palpable, algo que el entorno ha etiquetado como
“nervios” o “estrés”. Y todos decimos que antes de esas situaciones nos
sentimos “nerviosos” o “ansiosos”.
¿Qué tal si eso que sentimos no
fueran nervios? ¿Qué tal si eso que sentimos antes de algo que nos entusiasma,
de algo que nos desafía o antes de algo que nos produce cierta inseguridad no
fueran nervios? ¿Qué tal si fuera otra cosa?
Claramente se trata de una
energía lo suficientemente fuerte como para no pasar desapercibida. Una energía
que en muchos casos es incluso mucho más fuerte antes del momento en cuestión que durante el desarrollo del mismo.
¿Qué tal si eso que sentimos
fuera una de las formas que el Universo tiene de aportarnos un extra de energía
para enfrentar el momento que sigue? ¿Qué tal si eso que sentimos no son
nervios, sino energías de muy alta frecuencia que se manifiestan para
apoyarnos, alentarnos y acompañarnos en eso que se viene que es tan importante
para nosotros? ¿Y qué tal si esa energía se presenta de una manera tan fuerte
como un recordatorio ineludible que nos dice: “Recordá que no estás sola.
Recordá que tenés apoyo invisible pero palpable respaldándote, acompañándote y
brindándote todo lo que necesites”?
Ante esa sensación eléctrica tan
clara y tangible, tenemos la libertad de interpretarla como nervios, miedo o
ansiedad, o como una ayuda: un extra de energía amorosa y contenedora. Eso
sería libertad de interpretación.
Al mismo tiempo, tenemos la
libertad de sentir. Si interpretamos esa
sensación como nervios o miedo, la reacción automática será querer a
suprimirla, reprimirla o hasta rechazarla completamente si nos tomamos algo
para no sentirla.
Sin embargo, si nos permitimos la libertad absoluta de sentir, incluso
podemos permitirnos interpretar esa sensación como “nervios” y sentirlos
plenamente, sin resistirlos, volviéndonos el espacio donde los nervios tienen
libertad de expresión.
Desde Crisálida, te invito a que
la próxima vez que percibas una sensación que etiquetes como nervios o estrés,
te des la oportunidad de cambiar su interpretación y responder con apertura en
lugar de rechazarla con resistencia. De esa manera estarás creando
deliberadamente tu experiencia de la realidad y vivirás en forma muy distinta
los momentos previos a ese evento que es tan importante para vos.
El respaldo “científico” de esto
es que una vez que “salís a escena”, esta sensación afloja, porque no es la
intención del Universo sumarte tensión ni hacerte el momento más difícil, sino
sumar apoyo, sumar consciencia de apoyo.
Interpretar las sensaciones
fuertes como nervios o energías de apoyo es parte de la libertad de ser.
Aceptarlas y sentirlas plenamente, o rechazarlas y anularlas, también. ¿Qué vas
a elegir la próxima vez que te visiten?
Si te entusiasma la aventura de
descubrir quién eras antes de que te dijeran quién ser, te espero en mi página
de Facebook, @CrisalidaAlquimia.
¡Hasta la próxima!
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