martes, 30 de octubre de 2018

La madre interior

Podcast semanal #016 de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, para el programa "Ágape, por una ciudad educadora". El audio, seguido por su transcripción, para escuchar y/o leer, como más te guste.





Bienvenidos al espacio de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, fundada por quien les habla, Carolina Iglesias.
En esta oportunidad recurrí a mi herramienta de enfoque por excelencia, las runas celtas, para elegir qué tema abordar esta semana. Interesantísimo, porque salió la runa de la madre, siendo que el fin de semana pasado fue el día de la madre. Así es que una semana más tarde, tenemos la oportunidad de reconocer y profundizar sobre nuestra madre interna.
La madre interna es un aspecto de nuestra originalidad que empieza a surgir en la pubertad, cuando experimentamos el quiebre que se produce cuando necesitamos una palabra de aliento, una manera de sostener o de acompañarnos que estaría buenísimo que viniera de nuestra madre, pero somos conscientes de que nuestra madre biológica no tiene lo que nosotros necesitamos en esta oportunidad; no lo tiene desarrollado o madurado en sí misma. No es que no lo quiera dar; simplemente no lo tiene. Si tomo conciencia de esto, tengo la oportunidad de liberar a mi madre de la carga de tener que satisfacer todas mis necesidades inmaduras; y al mismo tiempo libero  a todos mis aspectos niños e inmaduros de la frustración recurrente de comparar a nuestra madre de carne y hueso con nuestra madre de fantasía.
Lo interesante es que nuestra madre de fantasía encierra en sí misma las características más salientes del aspecto maternal de mi Esencia, que siempre estuvo disponible para mi identidad. Al permitirme reconocer y reposar en ese aspecto esencial, empiezo a activar a mi “madre interior” y  a relacionarme con  ella como la perfecta madre para mí, la que siempre me comprende y siente gratitud solo porque nací. Esa “madre interior” es nuestra mayor fuente de amor propio, y al reconocerla, liberamos al resto del mundo de la tarea de tener que consolarnos, decirnos las palabras correctas, entendernos, estar para nosotros incondicionalmente, más todo lo que cada uno elija añadirle a esa lista. Y a buena noticia es que a esa capacidad, a esa madre interna, no la empiezo a activar de cero, ya tenemos una plataforma que tenemos que reconocer. Esa plataforma está formada por varias piezas. Una pieza es lo mejor que recibí y sigo recibiendo de mi madre de carne y hueso, en caso de tenerla viva. Otra pieza de la plataforma es nuestro lado más nutricio y cuidador, ese que extendemos con tanta maestría a nuestros propios hijos --si los tenemos-- a los sobrinos, alumnos, a todos los niños con los que interactuamos. Otra pieza es esa energía compasiva y alentadora que extendemos a nuestros amigos, esa incondicionalidad de estar, de escuchar, de acompañar. También sumamos nuestra forma de vincularnos con las mascotas,  las mascotas que nos invitan fluir amor incondicional porque nunca las podemos culpar ni juzgar por lo que hacen. La plataforma se fortalece cuando empezás a apreciar las cualidades que te hacen un lugar seguro para tus seres queridos, cuando te abocás a descubrir cuál es tu combinación particular de características a las que recurrís para reconfortar a otros y hacerlos sentir mejor, en paz consigo mismos, y con confianza para seguir.
Y luego viene la mejor parte: empezar a dirigir esa maravillosa frecuencia vibratoria hacia vos. Empezar a volverte consciente de cómo se siente estar del lado de quien recibe tu energía maternal. Empezar a cultivarla y disfrutarla. La invitación es a convertirte en el dador y el receptor de uno de tus dones más especiales, y mientras lo hacés, te abrís a experimentar el amor y la incondicionalidad de tu Esencia en su multiplicidad de dimensiones.
Si te entusiasma profundizar la aventura de descubrir quién eras antes de que te dijeran quién ser, te espero en mi página de Facebook,@CrisalidaAlquimia. Ahí también podés dejar tus comentarios, preguntas y sugerencias para un próximo audio. Muchas gracias y ¡hasta la próxima!

miércoles, 24 de octubre de 2018

La senda de la belleza



Podcast semanal #015 de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, para el programa "Ágape, poruna ciudad educadora". El audio, seguido por su transcripción, para escuchar y/o leer, como más te guste.





Bienvenidos al espacio de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, fundada por quien les habla, Carolina Iglesias.
Hoy quiero compartir con ustedes la “senda de la belleza”, una línea que venía marcando mi camino de evolución sin yo saberlo hasta que encontré el término acuñado en un libro. La senda de la belleza es un abordaje que respeta el agarre que la identidad tiene a las estructuras supervivencia y su resistencia a soltarlas, y que a partir de un vínculo amoroso, cálido y paciente, genera que la identidad se desprenda con suavidad y confianza de las estructuras de las que ha creído depender para sobrevivir. No se trata de anular a la identidad, sino de acompañarla a que se “desinflame”.
En la senda de la belleza se avanza con gracia, con pasos pequeños, de la mano de versiones más integradas, con una amplia sonrisa interna. Es la forma de avanzar con más cuidado, con más suavidad, y es también la más lenta. Pero es la más lenta solamente en apariencia. Es la más lenta en el sentido de que como el propósito es dar cada paso con la mayor integridad posible y no generar resultados específicos, la percepción de avance es muy sutil. Además, los primeros pasos en la senda de la belleza se tratan de preparar el suelo, de preparar el espacio donde se desarrollará lo que todavía es puro potencial.
Como alternativa a la senda de la belleza, está la senda torpe y apresurada. La forma torpe y apresurada parece más atractiva porque se basa en cumplir metas y que se vean resultados rápidamente. Sin embargo, estoy convencida de que quienes eligen esta última, en algún momento van a tener que volver sobre esos pasos torpes a sanar las heridas y los moretones; van a tener que sentarse a escuchar los llantos y los berrinches de la identidad que se llevó todo por delante y no puede dar un paso más sin ser integrada.
En la senda de la belleza, cuando la identidad está haciendo un berrinche no la llevamos de los pelos, ni a los golpes, ni tampoco la hacemos callar en forma autoritaria. Primero acompañamos la incomodidad de su malestar, luego la escuchamos, y finalmente acordamos juntas el próximo paso. Cuando esta es nuestra modalidad habitual, es posible que ante una determinada situación que sabemos va a ser difícil o desafiante para la identidad, podemos comunicarnos con ella y pedirle: “Por favor, en este momento necesito que estés tranquila, después te voy a escuchar”. Y entonces, la identidad acompaña y se queda
tranquila. A veces tenemos la tentación de seguir avanzando, creyendo que la identidad superó el momento con mucha facilidad, pero si no fue así, el berrinche vendrá después, en privado, tal como se lo pedimos, y ahí tenemos que estar y acompañar, al modo de la belleza.
La senda de la belleza es gentil. La senda de la belleza es amable. La senda de la belleza es expansiva. La senda de la belleza es paciente. La senda de la belleza invita. La senda de la belleza aprecia. La senda de la belleza es inclusiva. La senda de la belleza es didáctica. La senda de la belleza es pura. La senda de la belleza es sabia. La senda de la belleza es curiosa. La senda de la belleza es intuitiva.  La senda de la belleza es orgánica. La senda de la belleza es presente. La senda de la belleza es armoniosa. La senda de la belleza es espaciosa. La senda de la belleza es segura. La senda de la belleza es comunicativa. La senda de la belleza es alegre. La senda de la belleza es sincera. La senda de la belleza es coherente. La senda de la belleza es alquímica. En la senda de la belleza, la oscuridad del amor da paso a la luz.
Si te entusiasma profundizar la aventura de descubrir quién eras antes de que te dijeran quién ser, te espero en mi página de Facebook, @CrisalidaAlquimia. Te invito a dejarme allí o más abajo tu consulta o tema que te gustaría que desarrollara en futuras emisiones.


¡Hasta la próxima!

martes, 16 de octubre de 2018

Lo ideal versus lo posible (para perfeccionistas idealistas)

Podcast semanal #014 de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, para el programa"Ágape, por una ciudad educadora". El audio, seguido por su transcripción, para escuchar y/o leer, como más te guste.






Bienvenidos al espacio de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, fundada por quien les habla, Carolina Iglesias.
El mensaje de hoy es para personas idealistas y perfeccionistas. Los que somos idealistas y perfeccionistas solemos tener una visión clara sobre cómo sería una creación o una acción ejecutada con maestría e impecabilidad. Sin embargo, como esa visión impecable no es posible aquí y ahora con las condiciones dadas, tendemos a no avanzar, y muchas veces criticamos la falta de destreza de los que sí avanzan.
¿Se te ocurrió alguna vez pensar que quizás los que avanzan torpemente tienen el mismo ideal que vos? ¿Qué tal si ellos se dieron cuenta de que para acercarse a ese ideal hay que partir de un borrador, hay que partir de una serie de versiones posibles que se irán refinando, ajustando y perfeccionando? Y algo más. ¿Qué tal si al ir haciendo lo mejor que va saliendo encontramos nuevas posibilidades que en la versión ideal de la mente no se nos habían ocurrido?
Hay veces que la vida nos pone una fecha límite para algunas cosas, como puede ser un examen, una presentación, una entrevista, o incluso el momento en que se desencadena el trabajo de parto. En esas ocasiones, no tenemos más remedio que salir al ruedo con la mejor versión posible en ese momento.
Pero hoy te quiero invitar a considerar aquellos momentos en que la vida te invita a crear o participar de algo sin obligarte; cuando algo te entusiasma, pero hay pensamientos que te frenan. Cuando nos subimos a una ola de entusiasmo, muchas veces los primeros pasos que hay que dar son en arenas movedizas, son pasos torpes, imprecisos, con un montón de desprolijidades; y eso, a las personalidades perfeccionistas e idealistas, no nos gusta nada. Es así que al menos en lo personal, muchas veces evito dar esos pasos torpes y caigo en la opción fácil de juzgar y criticar a quienes sí se atreven a empezar por la versión borrador.
Lo interesante de la alquimia espiritual es que cuando me doy cuenta de lo que está pasando y me hago cargo de lo que estoy haciendo, tengo la posibilidad de cambiar. Al adoptar la perspectiva de que toda construcción empieza con un borrador, empiezo por lo posible y celebro estar creando algo nuevo. Entonces, la invitación de hoy para todos los perfeccionistas e idealistas que están escuchando es que celebren cada vez que se atrevan a dar un paso posible, tratándose con paciencia y amabilidad, y soltando poco a poco el juicio y la autocrítica.  Al soltar los juicios y las críticas para con nosotros mismos, mientras hacemos lo mejor que nos sale, también van cayendo los juicios y las críticas a otros que están dando pasos posibles que todavía no coinciden con lo perfecto o lo ideal. Y la verdad es que probablemente nunca coincidan.
Ahora, un mundo en el que todos celebremos la valentía de crear algo nuevo ¿no es un mundo en el que te encantaría vivir? Ese mundo de tolerancia, paciencia y celebración de lo posible ya es “posible” en tu crisálida, y empieza por vos.
Si te entusiasma profundizar la aventura de descubrir quién eras antes de que te dijeran quién ser, te espero en mi página de Facebook, @CrisalidaAlquimia. Ahí podés dejar tu consulta o pedido de que me refiera a algún tema que te gustaría que trate en este espacio. Muchas gracias y hasta la próxima.

miércoles, 10 de octubre de 2018

Sobre el entusiasmo


Podcast semanal #013 de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, para el programa "Ágape, por una ciudadeducadora". El audio, seguido por su transcripción, para escuchar y/o leer, como más te guste.





Bienvenidos al espacio de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, fundada por quien les habla, Carolina Iglesias.
                Hoy te propongo empezar a explorar tu configuración interna con respecto a la energía del entusiasmo. ¿Qué significa entusiasmo para vos? ¿Cómo lo describirías? ¿Qué situaciones o eventos de tu vida dirías que fueron impulsados por la energía del entusiasmo? ¿Qué te entusiasma en la actualidad? ¿Dirías que tu relación o entendimiento con respecto al entusiasmo ha madurado o se ha transformado con el correr de los años? Cuando algo te entusiasma, ¿con qué frecuencia seguís su energía con gracia y naturalidad? Y al contrario, ¿cuántas veces reaccionás en forma torpe, urgente y atropellada, y lo que tanto te entusiasmaba termina frustrándote?
                Te invito a considerar conmigo la siguiente analogía. La energía del entusiasmo es como una gran ola en el océano que te invita a subirte a ella al igual que lo haría un surfista. El surfista se sube a la ola, pero no la dirige. Si la ola avanza hacia la derecha y el surfista avanza hacia la izquierda, se cae; y la ola sigue su curso. El surfista no tiene el poder de modificar la intensidad, la velocidad ni la dirección de la ola. Su única libertad radica en subirse o no subirse; y si se sube, elige surfearla o bajarse a cada instante. Si quiere  mantenerse sobre la ola, el surfista debe leerla momento a momento, comunicarse con ella, estar atento a su ritmo. El propósito no es llegar a la orilla lo más rápido posible, sino mantenerse sobre la ola y disfrutar todo su recorrido, instante a instante, alineado con ella.
                El surfista que quiere dirigir la ola, el que juzga su velocidad, su ritmo y su dirección es alguien alejado de su centro esencial, que actúa desde sus estructuras de supervivencia. Este modo de reaccionar le impide disfrutar de aquello que un principio lo entusiasmó, y muchas veces termina en frustración.
                A medida que un surfista expande su conciencia, va soltando sus estructuras de supervivencia y empieza a vivir desde su centro, en comunicación directa y constante con su esencia original. Desde esa ubicación central y alineada, puede elegir libremente subirse a las olas que lo entusiasman y dejarse llevar a las aventuras que ellas presentan, experimentando el ritmo, la velocidad, dirección e intensidad propios de cada ola.
                ¿Cómo llevamos esta analogía a la práctica? La propuesta es detectar cuando algo te entusiasma y prestar mucha atención a tu actitud hacia esa ola de entusiasmo. ¿Sos capaz percibir su ritmo? ¿Qué pasa cuando la ola avanza con más lentitud de la que te gustaría? ¿Te das la oportunidad de acompañar la incomodidad de tu urgencia sin ceder ante ella? Cuando sucede algo que parece interferir con tu entusiasmo inicial, ¿te detenés a evaluar si es el entusiasmo el que decayó o si sos vos perdiendo el equilibrio por querer controlar elementos que están fuera de tu control? Si la energía parece llevarte en una dirección que no habías anticipado, ¿la seguís con curiosidad, con un enfoque Oscuridad-Amor, es decir, con la perspectiva que lo desconocido solo puede ser mejor que lo que anticipaste?  Te invito a que practiques seguir la próxima ola de entusiasmo con curiosidad, considerando que estás en equilibrio mientras sigas entusiasmada, y que hace falta un ajuste de alineación cuando estás tentada a querer forzar su dirección de alguna manera. También podés repasar tu pasado y observar tus reacciones, conductas y respuestas ante lo que te ha entusiasmado. Te sugiero observar especialmente las olas de entusiasmo que surfeaste exitosamente y empezar a detectar qué sabiduría interna y qué herramientas usaste para llegar a la orilla de pie sobre la tabla y con una gran sonrisa de satisfacción en el rostro. Toda la información que necesitás se encuentra en tu propio espacio interior, al que yo llamo Crisálida.
                  Si te entusiasma profundizar la aventura de descubrir quién eras antes de que te dijeran quién ser, te espero en mi página de Facebook, @CrisalidaAlquimia. Hasta la próxima.

miércoles, 3 de octubre de 2018

Desasociar una propuesta de la persona que la propone

Podcast semanal #012 de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, para el programa "Ágape, por una ciudad educadora". El audio, seguido por su transcripción, para escuchar y/o leer, como más te guste.





Bienvenidos al espacio de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, fundada por quien les habla, Carolina Iglesias.
Hoy te invito a empezar a desasociar una propuesta cualquiera de la persona que la propone; es decir, darnos cuenta de que las personas proponemos cosas, pero no somos aquello que proponemos. Por ejemplo, si un amigo me invita al cine, la ida al cine y mi amigo claramente no son lo mismo. Si le digo que “no” a la propuesta, no estoy diciéndole “no” a la persona, solo a la propuesta. Sin embargo, en las estructuras de supervivencia, muchos hemos asociado e igualado propuesta con persona, y así, si proponemos algo y nos dicen que no, nos sentimos heridos. Por eso, solemos decir que sí a propuestas que no nos resuenan con el solo fin de no herir a quienes las proponen.
En primer lugar, vamos a mirar esta dinámica desde la perspectiva de quien propone. ¿Con qué libertad proponemos cosas a los demás? Cuando le acerco una invitación o una propuesta a alguien, ¿considero de antemano cómo voy a sentirme y responder si rechazan mi propuesta? ¿Soy libre de recibir una negativa a mi propuesta sin sentir un rechazo a mi persona? A veces esto depende de qué tanto me identifico con mi propia propuesta; otras veces mi propuesta está enmascarando ganas de compartir más tiempo con alguien o de obtener algo de alguien; y muchas otras veces, mis propuestas están basadas en carencias propias que busco llenar con aceptación ajena. Si tengo la valentía de sincerarme conmigo misma, de ser transparente con mis intenciones, voy a tener la oportunidad de acudir a mi propia fuente sabia y amorosa para obtener lo que realmente necesito, y así luego voy a poder reformular la propuesta a fin de que no sea una manipulación encubierta.
En segundo lugar, observemos esta dinámica desde quien recibe una propuesta o invitación. ¿Cuántas veces aceptamos cosas que no nos resuenan solo para no fallarle a la persona que nos hace la propuesta? Los pensamientos que suelen acompañar esta conducta son, por ejemplo: “Si esta persona pensó en mí para esto, será por algo” o “Se está esforzando por hacer algo nuevo, ¿cómo no lo voy a apoyar?”, o “¡Está tan entusiasmada con esto! A mí no me resuena, pero no quiero ser yo quien le pinche el globo”.  Todos esos pensamientos parecen muy loables y amorosos con las personas que proponen, pero mirándolos de cerca, ninguno de ellos muestra qué siento yo respecto de la propuesta; todos esos pensamientos parecen justificaciones para decir que “sí” a algo que intuyo que para mí es un “no”.
Es así que observar mis pensamientos atentamente, con perspectiva, desde mi centro, me permite detectar qué está diciendo mi intuición. Si los pensamientos que veo respecto de una propuesta son más bien de defensa de una decisión, lo tomo como una luz de advertencia, una invitación a indagar qué siente mi aspecto sabio al respecto.
El tema con nuestro aspecto más sabio es que es sutil y sereno. No se anuncia a sí mismo con carteles luminosos y frases tentadoras. Aguarda pacientemente a que vayamos a consultarlo. Sin embargo, cada vez que tomamos una decisión solo desde la identidad de supervivencia, sin consultar con nuestra sabiduría esencial, nos queda un sabor amargo. Ese sabor amargo es un indicador de que nos hemos fallado. Al traicionar o ignorar lo más puro y genuino de nosotros mismos, hemos avanzado separados de nuestro aspecto primordial y esencial, el que está desnudo del camuflaje de supervivencia.
La invitación de esta semana es observar en cuánto la asociación entre “propuesta” y “persona que propone” está activa en nosotros. Una vez detectada, tenemos la posibilidad de desasociar los términos para poder proponer y aceptar y rechazar propuestas con verdadera libertad.
Si te entusiasma profundizar la aventura de descubrir quién eras antes de que te dijeran quién ser, te espero en mi página de Facebook, @CrisalidaAlquimia. Hasta la próxima.