Podcast semanal #015
de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, para el programa "Ágape, poruna ciudad educadora". El audio, seguido por su transcripción, para
escuchar y/o leer, como más te guste.
Bienvenidos al espacio
de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, fundada por quien les habla,
Carolina Iglesias.
Hoy quiero
compartir con ustedes la “senda de la belleza”, una línea que venía marcando mi
camino de evolución sin yo saberlo hasta que encontré el término acuñado en un
libro. La senda de la belleza es un abordaje que respeta el agarre que la
identidad tiene a las estructuras supervivencia y su resistencia a soltarlas, y
que a partir de un vínculo amoroso, cálido y paciente, genera que la identidad
se desprenda con suavidad y confianza de las estructuras de las que ha creído
depender para sobrevivir. No se trata de anular a la identidad, sino de
acompañarla a que se “desinflame”.
En la senda de
la belleza se avanza con gracia, con pasos pequeños, de la mano de versiones
más integradas, con una amplia sonrisa interna. Es la forma de avanzar con más
cuidado, con más suavidad, y es también la más lenta. Pero es la más lenta
solamente en apariencia. Es la más lenta en el sentido de que como el propósito
es dar cada paso con la mayor integridad posible y no generar resultados
específicos, la percepción de avance es muy sutil. Además, los primeros pasos
en la senda de la belleza se tratan de preparar el suelo, de preparar el
espacio donde se desarrollará lo que todavía es puro potencial.
Como
alternativa a la senda de la belleza, está la senda torpe y apresurada. La
forma torpe y apresurada parece más atractiva porque se basa en cumplir metas y
que se vean resultados rápidamente. Sin embargo, estoy convencida de que
quienes eligen esta última, en algún momento van a tener que volver sobre esos
pasos torpes a sanar las heridas y los moretones; van a tener que sentarse a
escuchar los llantos y los berrinches de la identidad que se llevó todo por
delante y no puede dar un paso más sin ser integrada.
En la senda de
la belleza, cuando la identidad está haciendo un berrinche no la llevamos de
los pelos, ni a los golpes, ni tampoco la hacemos callar en forma autoritaria.
Primero acompañamos la incomodidad de su malestar, luego la escuchamos, y
finalmente acordamos juntas el próximo paso. Cuando esta es nuestra modalidad habitual,
es posible que ante una determinada situación que sabemos va a ser difícil o
desafiante para la identidad, podemos comunicarnos con ella y pedirle: “Por
favor, en este momento necesito que estés tranquila, después te voy a
escuchar”. Y entonces, la identidad acompaña y se queda
tranquila. A veces tenemos la
tentación de seguir avanzando, creyendo que la identidad superó el momento con
mucha facilidad, pero si no fue así, el berrinche vendrá después, en privado,
tal como se lo pedimos, y ahí tenemos que estar y acompañar, al modo de la
belleza.
La senda de la
belleza es gentil. La senda de la belleza es amable. La senda de la belleza es
expansiva. La senda de la belleza es paciente. La senda de la belleza invita.
La senda de la belleza aprecia. La senda de la belleza es inclusiva. La senda
de la belleza es didáctica. La senda de la belleza es pura. La senda de la
belleza es sabia. La senda de la belleza es curiosa. La senda de la belleza es
intuitiva. La senda de la belleza es
orgánica. La senda de la belleza es presente. La senda de la belleza es
armoniosa. La senda de la belleza es espaciosa. La senda de la belleza es
segura. La senda de la belleza es comunicativa. La senda de la belleza es
alegre. La senda de la belleza es sincera. La senda de la belleza es coherente.
La senda de la belleza es alquímica. En la senda de la belleza, la oscuridad
del amor da paso a la luz.
Si
te entusiasma profundizar la aventura de descubrir quién eras antes de que te
dijeran quién ser, te espero en mi página de Facebook, @CrisalidaAlquimia. Te invito a dejarme allí o más abajo tu consulta o tema que te gustaría que desarrollara en futuras emisiones.
¡Hasta la próxima!
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