Podcast semanal #023 de Crisálida, escuela de Alquimia Espiritual, incluido en el programa radial "Ágape" conducido por María Silvina González. El audio, seguido por su transcripción, para escuchar o leer, como más te guste.
Bienvenidos al espacio de Crisálida, escuela de Alquimia
Espiritual, fundada por quien les habla, Carolina Iglesias.
¿Cuántas veces escuchaste o
leíste que había que ser agradecido? Seguramente muchas. ¿Y alguna vez te
preguntaste si la gratitud basada en el miedo era efectivamente gratitud? ¿Y
alguna vez reparaste en la diferencia entre la sensación de gratitud espontánea
y genuina y la gratitud que surge como reacción ante el miedo de perder algo
que tengo?
Te invito a bucear conmigo el
tema de la gratitud.
En los paradigmas de
condicionamiento, es decir, los paradigmas basados en el miedo, la gratitud es
superstición disfrazada. Recordamos agradecer lo que tenemos cuando vemos a
alguien que carece de lo que nosotros tenemos; o agradecemos profusamente
cuando recibimos algo que no queremos perder. Otro ejemplo de gratitud basada
en el miedo es agradecer cuando no nos sentimos dignos o merecedores de un
regalo o un favor. En todos estos casos, la superstición de fondo es que si
agradezco no perderé lo que tengo, lo que recibí o el derecho a seguir
recibiendo regalos o favores.
Por otra parte, hay veces en que
aflora en nosotros, en forma espontánea, una sensación expansiva, sonriente,
que nos conmueve a veces incluso con alguna lágrima, a la que también llamamos
“gratitud”. Esta sensación expansiva y franca es la gratitud genuina; lo
sabemos porque es una sensación plena y desbordante, que nada tiene que ver con
el miedo. La sentimos y la disfrutamos; la sentimos y la compartimos. Al dejarla
fluir en nosotros nos sentimos poderosos, invencibles y capaces de
transformarlo todo en una nueva versión que alcance e incluya a todos.
La primera invitación de hoy es a
que prestes atención a estas dos sensaciones claramente diferentes cada vez que
surjan. Es muy importante que no te juzgues cuando reconozcas superstición
disfrazada de gratitud, solo felicitarte por descubrirla. Todos conocemos esta
emoción, y el primer paso para integrarla es no juzgarla. Seguramente se trata
de una emoción que está camuflando a un aspecto inocente que está buscando
nuestra mirada compasiva y nuestra aceptación amorosa.
Y cuando te encuentres sintiendo
gratitud genuina, te invito a que la hagas correr por todo tu cuerpo, que te
abras a que te transforme y transforme a través de vos.
Dado que la gratitud genuina es
una frecuencia altamente alquímica, la segunda invitación tiene que ver con
cultivar la gratitud genuina para recibir y compartir su capacidad
transformadora más a menudo.
Primero tengo que reconocer dónde
estoy. Muchas veces nos gustaría sentir gratitud pero no la sentimos. Ser
sincera conmigo misma y reconocer dónde estoy es fundamental. Para empezar voy
a probar una frase, por ejemplo: “Estoy
agradecida por este día de sol”. Y me observo. ¿Me siento expansiva y
rebosante de alegría por el día de sol? En una escala de 0 a 7, ¿qué tan
agradecida me siento por el día de sol? Digamos que siento una gratitud de 2,
apenas perceptible, entonces pruebo la siguiente frase: “Me gustaría sentirme más agradecida por este día de sol”. Y vuelvo
a medir. Probablemente esa frase casi que mida el máximo en su escala. Y
entonces empiezo a cultivar la gratitud genuina con la frase “Me gustaría sentirme más agradecida por…”.
Otra avenida directa a la
gratitud es el aprecio. En este caso, te invito a apreciar lo que realmente
aprecies en tu vida cotidiana, sea lo que sea. Por ejemplo podrías decir: “Aprecio haber descansado bien anoche.
Aprecio tener los ingredientes para mi desayuno en casa. Aprecio que sea tan
fácil acceder a agua limpia. Aprecio la energía eléctrica y el acceso que tengo
a ella. Aprecio las cosas que me interesan. Aprecio mi compromiso a descubrir
eso que me hace única e irrepetible”.
Y así, cada vez que lo recuerdo,
respiro en forma consciente un par de veces y juego a recitar cinco cosas que
aprecio en este momento y tres cosas por las que me gustaría sentir mayor
gratitud. Y luego respiro una vez más, y presto atención a ver si surge
espontáneamente algo por lo que estoy genuinamente agradecida.
El cultivo de la frecuencia
alquímica de la gratitud es algo que se hace en forma deliberada y consciente.
Y una vez que nuestra identidad activa esta frecuencia en su campo energético,
empezamos a tener acceso a la gratitud que siente nuestra esencia por esa identidad
que somos, tan inocente y tan maravillosamente adorable.
Si te entusiasma la aventura de
descubrir quién eras, antes de que te dijeran quién ser, te espero en mi página
de Facebook @CrisalidaAlquimia.
¡Hasta la próxima!
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